Los Planes Quinquenales y el Gosplán (1928-1991)
Si lo que hacía falta era recuperar la economía del país, sin duda la NEP fue un éxito. Pero una parte de las autoridades dudaban de que fuera la más adecuada para alcanzar la industrialización del país y la mejora del nivel de vida de la población.
La NEP había permitido el surgimiento de pequeños empresarios y comerciantes en las zonas urbanas (nepmen). Y también había hecho crecer el número de kulaks o granjeros acomodados.
A medida que avanzaba la década de 1920, los bolcheviques se enfrentaban a importantes dilemas sobre el desarrollo económico del país. Las contribuciones que más caben destacar son las de Preobrazhenshki y Bujarin.
- Preobrazhenshki (ala más izquierdista del Partido Comunista), empezaba señalando la existencia de un exceso de mano de obra en el sector agrario. Éste afirmaba que la única alternativa viable era la industrialización del país, que, había de ser rápida y tenía que descansar sobre la industria pesada. Para Preobrazhenshki, los precios de los productos agrarios se mantendrían más bajos que los industriales, y el Estado transferiría recursos de la agricultura hacia la industria.
- Bujarin (perteneciente al sector más moderado del partido), proponía un crecimiento más armónico entre agricultura e industria. Interesado en mantener la alianza con los campesinos y consideraba contraproducente manipular los términos de intercambio para hacerlos desfavorables para la agricultura. El aumento de la demanda agraria estimularía el crecimiento de la producción y de los beneficios en el sector industrial, los cuales se podrían reinvertir en el mismo sector. Defendía el aumento de la prosperidad de los campesinos para que actuaran de demandantes de productos manufacturados.
El debate quedó cerrado en el momento en que Stalin se consolidó en el poder y puso en marcha el primer plan quinquenal. Abandonó la NEP y emprendió un proceso de industrialización acelerada basado en la colectivización del campo y la planificación centralizada. Los adversarios políticos y los dirigentes que discrepaban fueron eliminados.
El sistema productivo de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, de carácter socialista y planificador, se centró en la
producción preorganizada y controlada por el Estado por un comité de
planificiación, el Gosplán, en períodos de tiempo de cinco años,
períodos conocidos como Planes Quinquenales.
Tenían como finalidad la fijación de los objetivos y la asignación de recursos, y requerían la propiedad estatal de todos los medios de producción. Los planes permitieron un aumento de la industria pesada, que convertiría a Rusia en la tercera potencia mundial.
Tenían como finalidad la fijación de los objetivos y la asignación de recursos, y requerían la propiedad estatal de todos los medios de producción. Los planes permitieron un aumento de la industria pesada, que convertiría a Rusia en la tercera potencia mundial.
El Gosplán
(abreviatura del ruso Gosudarsvenny Komitet po Planirovaniyu), o Comité
Estatal de Planificación, fue una organización del estado soviético
encargado de organizar y distribuir la planificación de la economía
personificada en los Planes Quinquenales. Su dirección se correspondía
con el Comisario del Pueblo de Finanzas y Economía, además de con el
banco nacionalizado de la URSS (el Gosbank). Tras el proceso de
desestalinización promovido por Jruschov, Brezhnev y Zhukov, el Gosplán
fue dividido en dos organizaciones distintas, una que se ocupaba
especialmente de los planes en sí, y otra que realizaba una previsión de
posibles variantes de los planes y usos secundarios de los excedentes.
En los doce años que van desde el inicio del primer Plan Quinquenal hasta la Segunda Guerra Mundial se cumplió en gran parte el deseo de Stalin: atrapar en diez años a las economías occidentales.
En los doce años que van desde el inicio del primer Plan Quinquenal hasta la Segunda Guerra Mundial se cumplió en gran parte el deseo de Stalin: atrapar en diez años a las economías occidentales.
Ningún particular está legitimado para decidir sobre la utilización de tales medios. El Estado, como empresario único y no movido por el afán de beneficio sino por el bienestar de la población, tenía que ser capaz de planificar la actividad económica, evitando las crisis, las pérdidas económicas y el malestar que generan.
Los
Planes Quinquenales se llevaron a cabo durante la mayoría de la época
soviética. Se pueden distinguir tres tipos de planes con respecto a la
incidencia o influencia que éstos tuvieron en el total de la economía:
1. Los planes "duros": los cinco primeros, aquellos comprendidos entre
1928-1955, que corresponden con los años de predominio de Iósif Stalin
como secretario general del PCUS. Los objetivos de estos planes (sobre
todo el primero) son planeados para electrificar la nación y producir
una cantidad ingente de maquinaria pesada con el fin de industrializar
el país y sorpassar a las grandes industrias mundiales. Este hecho se ve
muy claro en la frase de Iósif Stalin en el Congreso del PCUS: "estamos
50 o 100 años por detrás de las grandes potencias y debemos
modernizarnos en 10 años como mucho. Si no lo logramos, nos aplastarán".
Además, en el tercer plan, se realizó un aumento de la producción
armamentística como prevención a la guerra que se estaba dando en España
y que amenazaba a extenderse a Europa. El cuarto plan quinquenal
consiguió acabar con la racionalización de los alimentos luego de la
guerra mundial.
Durante los primeros planes quinquenales, la URSS hizo una gran inversión en educación. Fue el primer país que planificó la educación con el objetivo de promover el desarrollo económico.
El sector industrial necesitaba mano de obra para las fábricas y alimentos para sustentar a los obreros y el conjunto de la población urbana.
La colectivización del sector agrario se organizó a partir de las cooperativas y sovjoses (trabajadores asalariados). En 1931, más de la mitad de las explotaciones y casi el 70% de la superficie agraria habían sido colectivizadas.
La planificación centralizada fue el otro elemento que caracterizó la industrialización. El Estado se convirtió en el propietario de los medios de producción y empezó a asignar los recursos de manera centralizada y planificada.
Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, se habían elaborado tres planes quinquenales. El éxito fue innegable. Entre 1929 y 1940, el PIB per cápita creció a una tasa anual acumulativa del 4,2%. El sector industrial es el que lideró el fuerte crecimiento (industria pesada).
La rapidez de la industrialización rusa se puede ver en la tasa de urbanización y en los cambios en el empleo: respecto a 1926, en 1939 el empleo industrial se había multiplicado por 3,4 mientras que en el agrícola se había reducido en 1/3.
En 1939, el empleo en el sector agrícola continuaba superando al industrial en una proporción de 5 a 3. El crecimiento de la población fue escaso (4%). Durante estos años pasaron del sector de la agricultura al sector de la industria unos 25 millones de personas.
En el período 1928-1941, la proporción del PIB dedicada a la inversión creció más que en ningún otro país. El crecimiento soviético fue sobre todo extensivo (más capital y más trabajo) y se hizo a costa de la productividad, que disminuyó.
Este crecimiento estuvo acompañado de mejoras en la educación y de progresos en el nivel de vida. El consumo de calorías por persona creció entre 1932 y 1938. La esperanza de vida tanto de la población masculina como de la femenina se alargó entre 3 y 5 años durante la década de los 30. La estatura de los hombres era más elevada en 1940 que en 1910. Los salarios reales urbanos tuvieron una tendencia creciente entre 1928 y 1937.
Estos éxitos no tienen que hacer olvidar los costes humanos provocados por el proceso de industrialización acelerado.
La tendencia de Stalin a atribuir los defectos y la escasez a los enemigos de clase, hizo perder muchos especialistas, impidió diagnosticar los problemas reales de la economía e inhibió cualquier iniciativa.
Bibliografía:
Feliu, G. (2007). Introducción a la historia económica mundial. Valencia: Universitat de Valencia.
Ramón Muñoz, R. (s.f.). Guerras, crisis y derrumbamiento de la primera globalización (1914-1950). [ebook] Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya, pp.62-71. Disponible en <https://aulavirtual.um.es/access/content/group/2214_G_2017_N_N/PR%C3%81CTICA%20GRUPO%20_BLOG_/Materiales%20apoyo%20temas%20blog/HE%20_1914-1950_.pdf> [fecha de consulta: 26 de noviembre de 2017].
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